20100228
Bolillo
20100227
En la boca de la locura
donde las palomas gorjean
20100226
Dolores
Aquel día, Dolores recogió sus gafas Rayban de piloto, sobre Dios Vuelve en una Harley, con el separador a unas pocas páginas de terminar. En el reproductor de cedés sonaba Bob Dylan con 10,000 men. Se sentía con sobrada fortaleza y jovialidad. Osada, se miró en el espejo y se colocó los Rayban. Se mordió los labios y le pareció divertido. Dios podía estar a la vuelta de la esquina, encarnado en un apuesto hombre maduro, resuelto a cambiar la solitaria vida de Dolores. Abrió la puerta y se asomó a la calle y se quedó allí, observando antes de salir.
Las hojas de otoño flotaban en la calle; las más cercanas iban a la derecha, las más lejanas a la izquierda y en una que otra parte, algunas, indecisas en remolinos. La gente pasaba también en la calle y se movía como las hojas del otoño. Los Rayban daban a Dolores cierto aire de desfachatez, pero le asentaba bien con sus botas de gamuza a las rodillas y el vestido corto de flores primaverales. Metía la panza, erguía casi a punto de la exageración los hombros, la espalda y el trasero. De su cabeza despeinada, una invisible caña de pescar. Faltaba algo. Ignorar a todas esas jovenzuelas en la calle, en grupos de dos o más (nunca solas, como Dolores), con sus ropas de temporada, sus aires de confianza, sus incontables miradas masculinas embarradas en sus cuerpos.
Entró de nuevo a casa a terminar de leer Dios Vuelve en una Harley. Dolores Solórzano, encendió un cigarrillo después de siete años y se puso a llorar.
Aquel día, no salió de casa.
20100224
20100223
The very foolish hound
20100218
3 carteles
Así
20100217
ambiguous doubt
20100215
Mujer
20100214
Plástico
20100213
Mi sombra
20100212
Jehováto
20100211
Ordinaria locura
Bolillonqui & yonqui
20100209
No me busques, no me llames (poema culerón)
No me busques, no me llames,
sinceramente, ya no mames.
¿Porque carajo me dejaste?
Ahora soy rico y famoso.
Seguro que nunca lo pensaste;
ya ni pendejo te desposo.
Hay una chica que me ama,
tú ya no cabes en la cama.
Más bien son tres y no es una,
porque una no es ninguna.
No me busques en mi casa nueva,
sinceramente me das hueva.
No me llames en la noche,
tu solo quieres que te coche.
Deberías de suicidarte,
yo ya nada puedo darte.
Esta polla que fue tuya,
ahora a otras las arrulla.
Aviéntate a un precipicio
o pide chamba en el burdel;
no me importa tu suplicio,
ya lárgate con el.
No me busques, no me llames,
sinceramente, ya no mames…
Crónica mafufa de Fafuma
Salí de casa de Wayak y O'ochel aproximadamente a las 04:00 am. Guitar Hero III, toritos de mango y cacahuate (bebidas sumamente lácteas y doble-sumamente alcohólicas, preparadas por la mano cargada de O'ochel), molletes, mota y cigarros, cigarros y más cigarros. Estaba colocadísimo y por poco levitaba. La lluvia había dejado sus estragos: profusas charcas que rebalsaban en las grietas del asfalto bajo mis botas y una briza helada que impregnose en mi cara. El radio artificial de luz de los faroles, intimidaba hasta cierto punto a la noche y los andadores del Fovissste (vulgo el Fovo), tan oscuros y cargados de tertulias malignas de leyendas urbanas, me hicieron pensar en el esquizofrénico que cree que todos leen su mente, el que se escapó de la casa de la risa. Pero lo que menos me preguntaba y con razón de mi absolutamente nula sobriedad, era: ¿que podía estar haciendo en Fovissste el hijo de puta, si todo lo estaba yo inventando? Como sea, de pronto llegué a la Catra (una tétrica biblioteca que quedaba de paso, donde metiera en tiempo antaño, mano a aquella jovenzuela de 17).
Al bajar los escalones sentí como mi estomago, ese que es intolerante a la lactosa, parecía un globo inflado de pedos (por los ya mentados toritos). Y me acordé de nuevo del esquizofrénico. Pensé de nuevo en mi estómago. Pensé que el esquizo podría traer un cuchillo, una pistola o peor aun, una condenada espada de samurai (que en realidad son sables, ya sabes). Pensé: ¿Cómo se sentirá que al esquizo se le escape la idea de rebanarme la panza llena de pedos?
Afortunadamente el único esquizofrénico en la calle era yo. Quizás la gente debería cuidarse de mi, o al menos de mis pedos (mis pedos mentales, claro está).20100207
Bandita
The greatest nothing
20100206
20100205
Astro van boy
A veces...
Dieff contra los puercos
Pensamiento de notas y fumetas
Me puse a tocar guitarra
y no se si estaba cuerdo,
o me faltaba una cuerda.
Me puse a tocar guitarra
y no se si en tus piernas,
o en mis almohadas.
Poemínimo de notas y fumetas
Me puse a tocar la guitarra,
nota tras nota
y no más.
Encendí una bacha,
me puse a fumar
y no más.
Después de esto:
No más
me puse a tocar guitarra,
ni encendí otra bacha,