20100218

Así

Puedo
permanecer en mi sombra
cuanto dure
el ocaso.

Y
devorar el viento,
hasta romper
mi pecho.

Sentir en mis pies
y manos,
con absoluta extrañeza,
el polvo.

Y
aun así,
tan cerca de todo,
mentir.

2 comentarios:

MANDURRABIA dijo...

Camarada, veo que sigue su actividad con la justa pizca de devoción que merece esta chingadera (sin ofender, hasta Joyce reconoce, indirectamente, que el Ulises era una GRAN chingadera). Sigo por acá. Salud

Rulo dijo...

Aquí mero. Mero, como el pez mero. Salud!