¿Era un perfecto azul oscuro como la noche, y una noche negra como la nada, tras ondulantes líneas blancas y vívidas...
(Me senté en la barda del malecón a ver el mar de noche. Las olas rompían en la playa. Bifurcaban como un par de serpientes espumosas en trayectos totalmente opuestos. Me parecía una metáfora, el que una parte se fuera con el viento y así durase y fluyese más. La otra, como si fuera obstinada y egoísta, intentaba hacer lo mismo aunque con poca suerte, pues se extinguía pronto; pero al final, la otra se extinguía también.)
... o un suceso viejo, rebuscado y reencontrado por un tipo fumando un cigarrillo ante la grandeza, golpeado por el agua y la tierra, acarreados por el aire que venía del norte?
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