20100129
Gasolina
Chica mala
Nunca está de más
decir cuan mala eres
y aunque nunca te lo digo:
así son las mujeres.
Desterrado del edén
de tus locuras inquietas.
Exiliado a mi refugio
de constantes chaquetas.
Decir cuan mala eres,
nena, nunca está de más,
seguro que eso, chica mala,
te lo he dicho jamás.
Licencia de manejo
Verán porque cuando digo que me cago en la panocha de la virgen, tengo una buena razón.
Fui a tramitar mi licencia de manejo y para no hacer el cuento largo, después de que un tipo gordo y mal encarado revisó mis papeles, me dijo que pasara con la doctora y señaló a mis espaldas. Pasé con la doctora y para entonces ya era la segunda cola en que me formaba. Al pasar (y muy rápido a decir verdad y ya verán porqué) la doctora me hizo una sola pregunta: “¿usa usted lentes para manejar?”, a lo que respondí que no (bueno, de hecho si uso, pero no los uso, ya saben...). “Pase pa’llá” indicó con el índice hacia mis espaldas. Era como ir de fila en fila, como un jodido zig-zag. Al llegar con la siguiente vieja pendeja, entre otras preguntas, descorazonada y fríamente, así sin más, sin preámbulo, sin tacto me pregunta: “¿quiere donar sus órganos si se muere?” a lo que, involuntaria y distraídamente respondí que sí. Inmediatamente después pensé: “mierda, era: no”. De ahí fui a la cola del examen. Pan comido, pensé. Sin embargo, señoras y señores, hacía mucho que no hacía un puto examen. Creo que desde la prepa. Así que reprobé, como en los viejos tiempos.
¿Alguien sabe cuántos salarios mínimos equivalen a la multa por estacionarse en la banqueta izquierda de una calle de doble sentido?, ¿existe esa multa?, y ¿alguien sabe con cuántos salarios mínimos te tuercen si quieres extorsionar a un puerco?, ¿realmente, existe esa multa, es decir, existe algún puerco que no sea bien puerco y mordelón?
20100128
Metichismo
En esas fiestas
Amor, sexo y mujeres
¿?
(sur)real
Me pasa que cuando no todo el tiempo ando dopado o no todo el tiempo sobrio, empiezo a confundirme. Como cuando dicen que fumar es el portal para escapar de la realidad. Pero en ese caso, dejar de fumar sería algo así como para escapar a la realidad. Y entonces, parece que se trata de escapar todo el tiempo, pero a quien sabe dónde.
Tampoco pienso que estar dopado conlleve a una realidad más pura, o más real pues. No por el hecho de que los demás no lo estén y por mayoría, convenga más decir que se vuelve surreal. Lo que si pienso, es que a pesar de que las drogas alteran la percepción, no la transgreden. La percepción es imparable, no importa cuánto parezca frenar o no. Es constante. Presenciar cualquier acontecimiento influido por cualquier droga, supone una reinterpretación superficial; como un par de interlocutores. Esto supone que estando sobrio, la percepción hubiera sido distinta y para afirmarlo, es necesario experimentar el mismo acontecimiento sin el influjo de cualquier droga. Lo más lógico a pensar, es que efectivamente la percepción cambiaría. Sin embargo, en ésta segunda revisión del acontecimiento, consideraríamos ya ciertos patrones de la primera experiencia. Por ende, tendríamos que alterar el orden de los factores (primero sobrio y después pacheco), pero ya estaríamos simulando una hipótesis. Sería como el “hubiera”, que no existe.
20100127
3 carteles
20100126
Olas
20100123
Chavo
20100122
Los viejos borrachos
Olvido
20100121
Frío
20100120
Monstruosa boñiga ambulante
20100119
Blanco y negro
No comenzaba aquí la conversación. Yo le aseguraba a Chucho algo de lo que ni yo mismo estaba seguro. Era algo así:
-¡A huevo mi chavo! Como decían en las películas viejitas: ¿como la ves desdiai?
-De las de ficheras, ¿no? -dijo Chucho-. Ah huevo... con el Rafa Inclán, Luis de Alba y todos esos chalanes.
- Si, pura sátira de albañil mal pagado, compañero ñero y borrachales de pulquería.
-¡Anda, caón!... nunca te preguntaste de morrito, ¿cómo esa clase de alimañas se rodeaban de pura vieja de calitè?
-Sí, también pensé alguna vez que quizá, de joven, mi abuela fue en blanco y negro.
-¡Que mamada!, ese cuestionamiento si está más denso.
-¿Qué, nunca lo pensaste? –dije, como sorprendido de no aportar cuestión en común.
-No... eso sí para que veas no.
-Caray, estoy mal de la cabeza entonces, colega.
Dirty old man
Sólo sexo
Un negocio mal pagado
Lo que apremia a un hombre por portarse bien con la mujer
La jovenzuela que no sabe decir: no
Hacer el amor (chingue su madre)
Remover el atole, el yogurt o de plano la nata, si se trata de una anciana
Por qué y para qué nacemos los primates
Un mal sabor de boca
Joder, follar, fornicar, el mete y saca
Cóncava y convexo
Meter la polla en el chiquero
Jugar a las cosquillas
Ver películas
La caja de pandora
Tequila y marihuana
Todo en la puta vida, de esto se trata, del acto, el puto acto bestial
La carne y la mente
…sólo sexo.Teporocho
Reloj
Just hangover
Al abrir los ojos, una delgada franja de luz se cuela por la cortina improvisada y atina sobre mi rostro. Es una luz fuerte; delgada, pero fuerte. Me enrollo en las cobijas y quedo nuevamente a oscuras, pero ya no puedo pegar los ojos. Me desenrollo, me levanto y pateo unos cascos de cerveza de camino al baño, donde vacío mi estomago con una prolongada, amarilla y ácida basca. Me paro frente al espejo y mis ojos inyectados de sangre, ven con horror mi resaca.
Con desgana, voy por mi ropa a la lavandería. La señora Giamatti, va entrando al complejo habitacional.
-Buenos días, señora Giamatti. -digo.
-Buenas tardes. -responde, con cierto tono de amonestación.
Salgo del edificio y al parecer casi es de noche. Nunca concibo el tiempo bajo estas circunstancias. Pero que se joda de todos modos, pinche zorra, señora Giamatti.
Lo que viene: $90.00, para la señora Herrera, heredera de la lavandería de tres generaciones.
-¿Noventa pesos, señora Herrera?
-Si joven, sin contar que una camisa estaba vomitada. Tuve que remojarla antes. -dice.
-¡Puta madre!
-¿Cómo dijo?
-Que se me hace tarde. Hasta luego señora Herrera. -repongo, dejo sobre el mostrador el monto exacto y desaparezco.
Maldita perra infecta, señora Herrera.
20081030
3 carteles
20100118
Oficinista
20100117
Llamalo como quieras:
Mente obsesiva,
fijación obsesiva,
situación obsesiva;
el tiempo aletargado
en botellas de vino tinto y cigarros Delicados.
Todo me parece fácil,
incluso más claro y sensible,
si la noche me invita otra botella
en tu ausencia,
para dar un par de vueltas al asunto.
No hay gran problema, nena,
no estoy tan hundido en la mierda,
aun me quedan cigarrillos,
créeme,
no es un gran asunto.
Nunca he estado cerca de morir,
o lejos de estarlo siempre,
irrigando amor en las venas,
con solemnes musas,
o yermo,
recorriendo las paredes,
estrechando la botella,
y obseso,
buscándote de muchas formas,
desde el pasado hasta el futuro,
jodidamente vivo.
Pero no estoy tan hundido en la mierda,
te lo digo ahora, nena,
inquebrantable,
proyectándote en tragos y fumadas,
diciendo tu nombre en ácidos eructos,
dibujándote en siluetas de humo consumado
y mi amor putrefacto.3 carteles
20100116
Ruido
Ansiedad
Matando el tiempo
y recuerdos vanos
me veo perdido en este cabaret
que es,
esta noche, el último lugar de la tierra.
El mechero enciende infinidad de cigarrillos:
máquina de encender cigarrillos,
un arma incendiaria.
Increíble, ¿no?
Mientras tanto, el cenicero atiborrado
de una montaña de mierda humeante,
donde me sofoco,
con la mirada perdida en las colillas
que se desprenden,
desbordan
y desperdigan sobre la mesa.
Ahora ven, muñeca triste,
y admira mi lenta autodestrucción.
Breuer
3 carteles
Bandita
Mascueño y O'ochel
20100115
Los brownies mágicos
No way highway (2)
3 carteles
20100114
No way highway (1)
3 carteles
20100112
Entrevista a Rulo, por Ana Laura.
Domingo, 6 de la tarde. 11 de enero de 2010.
Todo sucede en el bar del hotel Monarca. Fino, fino hotel, de alfombra roja por doquier y pinturas muy costosas; botones, gerente, sub gerente, escuadrón de cocineros y una de las mejores barras cocteleras de la ciudad. Saludo a Ana Laura, hace casi un año que no la veo y sin necesidad de ponernos al día, comenzamos con la entrevista. Nunca he dado una entrevista y ésta, de hecho, surge por idea mía. Ana Laura es quien me entrevistará, yo sólo responderé preguntas mientras dejo grabando lo que suceda con la reportera y esperamos pasar un buen rato bebiendo y fumando tabaco sin cesar. Ana Laura tequila y unos Camel y yo escocés y unos Delicados, el tequila me pone mal. Ana Laura habla primero, desde luego. Yo doy un jalón a la pipa y la guardo nuevamente en un bolsillo de mi chaqueta.
Ana Laura: Y bueno, Rulo, ¿de qué se trata todo esto?, es decir, ¿Quién es Antonio Dieff?
Rulo: Mmm… verás, Antonio Dieff es un personaje de ficción, eso es, supuestamente, obvio, ja, ja…
Ana Laura: Ja, ja, ja, ja, ja…
Rulo: No, espera, esa es la versión corta, pero se que realmente no llega al punto de tu pregunta. Claro que hay un trasfondo muy sustancioso en todo este fenómeno de Mr. Dieff. ¿Pero, como explicarlo?
Ana Laura: No hablaba de eso, o no me refería a eso.
Rulo: Si, mira, es como La Mitad Siniestra de Stephen King.
Ana Laura: Y yo te digo, que no me refería a eso.
Rulo: Si, entiendo, a eso voy, estoy haciendo un preámbulo. Dieff es más bien la mitad decadente, aunque también la mitad que puede ser más cobarde, o en algún momento arriesgar la vida. El que se emborracha por mí y a veces conmigo. Es un ser viviente hasta cierto punto, pero, como todo ser viviente, no tiene una conciencia perpetua de su existencia, ni del por qué. Dieff, es un tipo descuidado y más que yo a decir verdad.
Ana Laura: Ja, ja, ja. Ya es decir mucho.
Rulo: Bueno si, y supongo que él no se lo había preguntado. Bastaba sentirse controlado, es decir, por ésta conciencia alterna, o sea, yo, para dejar de actuar como un autómata. Ahora, Dieff se pregunta "¿por qué?", pero, a diferencia de mí, Dieff no sabe de mí y yo sí, de él y de mí.
Ana Laura: Controlado...
Rulo: Si, bueno, aunque todo esto es pura especulación, ya que ni yo mismo sé mucho de mí, ni sé si soy creación de otro ser, como dijo el tipo éste Unamuno, aunque ahora mismo es cuando planteo esa duda para mí. ¿Pero, como saberlo? Y en éste punto, se desarrolla Actuar, donde Dieff está en mis zapatos y yo en los de Dieff. Son Antonio y Rulo, dos seres paralelos que comparten el mismo destino, ambos somos uno, pero actuamos en dimensiones paralelas. Sin embargo, coexistimos, ¿me entiendes?
Ana Laura: Ok, pero sigo sin saber que siente Dieff. El, porque es Dieff. Me refiero a las cosas determinantes que lo convirtieron en Dieff, por no hablar de que tú te conviertes en Dieff. Es decir, háblame de Dieff.
Rulo: ¡Caray!, es que Dieff está ahí, quizá en mi subconsciente, o resolviendo algún caso, cosa que no se le lee hacer mucho. Ja, ja. Pero Dieff, si, tiene una razón de ser. Y de acuerdo, tal vez eso se supone que deba saberlo yo, ¿pero qué diablos se yo?: no lo sé. No sé qué siente Dieff, ni siquiera sé qué siento yo. Ya no quiero decir “sé”, ja, ja, ja.
Ana Laura: Ja, ja, se vuelve como una muletilla. De acuerdo, Rulo, a eso quería llegar. Sería bueno que lo supieras. El qué y cómo, a mí me gustaría saberlo... y no solo que siente Dieff, sino tú también, y como lo sientes. Porque todos sentimos de diferente forma las cosas, aunque sean las mismas, ¿me explico? Pero de verdad creo que es importante saber qué sienten y cómo, porque después de un rato llegas a encontrar cosas que estaban muuuuuuuy en el fondo; y saber cómo las sientes, ayuda a comenzar viajes más seguros. Si sientes alegría, tristeza o lo que sea: conocer su forma, su aroma, etc. Tú y yo podemos tener el mismo sentimiento, pero la forma de éste, determina la diferencia entre nosotros. Espera, pásame la bolsa, o saca mis cigarros, llevo 5 horas sin un puto cigarro. ¿No te pasa que en estos bares de hotel, no puedes estar ni 2 horas sin un puto cigarro?
Rulo: ¿5 horas?, ¿2?... Deberías ver mi cenicero en casa. Si lo vieras en blanco y negro, parecería la luna repleta de trasbordadores estrellados.
Ana Laura: Ja, ja. Pero bueno, entonces Raúl, ¿quién es Dieff?, ¿quién Raúl? y ¿en qué casos actúa cada uno? Yo sé quién es Ana y quién Laura, qué hacen y todo eso, ya hemos hablado de ello antes y sabes que no soy bipolar ja, ja, ja, ja…
Rulo: Todas dicen lo mismo, ja, ja.
Ana Laura: Pero la cuestión es: ¿quién es quién?, ¿que sienten y qué papel juegan los tuyos? (los personajes). Créeme, si te interesa, la respuesta va a dar vueltas en tu cabeza por un rato y vas a descubrir otras, después.
Rulo: Si, claro, no tengo realmente la respuesta. Perdón, pero ¿a caso es Medeski, Martin & Wood lo que suena?
Ana Laura: Parece que sí. Pero enfócate, Raúl.
Rulo: ¡Hey!, ya estuvo bueno eso de “Raúl”, ¿de acuerdo? Raúl para mis papás, Rulo para los demás.
Ana Laura: Bueeeeno… Como te decía, eso te da material para más adelante, en tu literatura y fuera de ella, ¿no crees?
Rulo: Pues la idea de ésta entrevista ya es un gran avance, ¿no lo crees tú? Me refiero a que, ésta entrevista, es fundamental para mi... ¡Mierda! Más muletillas. Últimamente he estado utilizando mucho esa palabra: fundamental; y también lo de “ser partidario” y eso que yo no sé nada de política ja, ja.
Ana Laura: No importa, realmente no tanto, mientras no vuelvas con eso de que “sabes todo…” ja, ja. De acuerdo, otra pregunta, algo para dejar que descanse un poco el viejo Dieff. ¿Qué clase de artista te consideras?
Rulo: Bueno mira, eso de ser artista o no, ya es un término casi obsoleto, ni puede fundamentarse, no sirve para nada, incluso se contradice. Pero mira, tengo muchas facetas. Un día hago de esto y otro día hago de lo otro, pero pongámoslo así. Fotógrafo. Prefiero la fotografía a la pintura realista. Ya sabes, las montañitas y las montañotas, la cara del señor, el florero, la chica enseñando la entrepierna abierta como una grotesca cicatriz insaciable de penes, con la excepción de Lucian Freud. En todo caso prefiero lo abstracto, que, como la fotografía, implica plasmar un instante, como el impulso que detona congelar el tiempo en un fotograma, o la mancha, el trazo, la fuerza, el movimiento... la escritura, Ana Lau, bueno, eso siento que lo llevo hasta el tuétano.
Ana Laura: ¿Qué clase de escritura haces?, ¿cómo la definirías tú, el autor de todo? Es drama, ok, es comedia, es ficción, etc., lo he leído todo, sin embargo, supongo que hay una palabra de dos: “real” o “ficticia”, con la que te identifiques… y la verdad, yo creo que es más ficticia que real ja, ja, ja, ja. Cláro, tomando en cuenta a Dieff. Ja, ja, ja, ja, ja. Créeme, es cumplido, no ofensa, ¿eh?, sólo aclaro.
Rulo: Ya. Mira, creo que la realidad siempre se manipula, como la información. ¿Quién me dice, que es real mi ficción? La respuesta es: nadie. Y entonces, todos, lo ven como ficción y sólo ficción, sin pensar al menos en la anécdota. Es como crear una vertiente. Vertiente que no crea el autor, sino el público. El público decide que es real y que es ficción... yo solo escribo. Y bueno mi querida y bien ponderada Ana Lau, verás, tengo que ir a alimentar a Bolillo (mi gato), así que ya mero tengo que lanzarme. ¿Te molesta si contesto únicamente un par de preguntas mas?
Ana Laura: Claro, Bolillo. Salúdamelo, ¿quieres? Continuemos, dos preguntas, una doble y una sencilla. ¿Escribes por y para qué?, y, sólo por no dejar duda, nuevamente: ¿quién es Dieff?
Rulo: Escribo porque es una necesidad, pero no quiero que se me encasille, no soy escritor, no siempre, ni siempre fotógrafo como te he dicho. A veces soy un tipo que esta cagando mientras lee lo que tenga a la mano, o estudiante de diseño gráfico. Pero, "¿para qué?", bueno, para comunicar. Y veces soy un tanto ermitaño y sobre todo tengo la necesidad de comunicarme conmigo mismo, o como dicen algunos: autoanalizarme. Digamos que el mayor porcentaje de lo que hago, me lo quedo yo. Y, "¿quién es Antonio Dieff?". Te diré quién es Antonio Dieff: Yo soy Antonio Dieff; Antonio Dieff es el lector que se identifica con Antonio Dieff; el que al leer hace lo que todo buen lector, buen espectador, buen escuchador... sufre una catarsis... Antonio Dieff es la catarsis. Ahora, como te has portado bien, una pregunta más, bombón, pues Bolillo ya ha de estar comiéndose su propia cola.
Ana Laura: Si, si, sólo esta y ya. ¿Sabías que las hemorroides se comen?
Rulo: Mmm… no, no lo sabía. Y, ¿saben bien?
Ana Laura: Eso no lo sé. Pero claro que se comen.
Rulo: ¡Diablos!, yo hasta hoy sólo sabía que se trataba de un problemón anal. Y dime, ¿se supone que debo comerme una para la salud?, ¿tiene efectos psicotrópicos?
Ana Laura: ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!
Rulo: ¿Debo comer mis propias hemorroides o puedo pedirle a alguien más que me regale una o dos para probar de todo?
Ana Laura: ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!, ¡No! Sólo se comen la orilla del culo. Ja, ja, ja.
Rulo: ¡Ah!, ya entiendo, era un maldito chiste… espera: ja, ja, ja.
Ana Laura: Oye, es bueno, tienes que aceptarlo.
Rulo: Tal vez, pero lo curioso es que yo hasta cierto punto pensé que lo habías visto en la tele o en Muy Interesante.
Ana Laura: Claro que no, es un chiste viejo. No puedo creer que cayeras en esa. Aunque bueno, si te late probar a comerte una, pues... allá tú. Ja ,ja, ja, ja, ja.
Rulo: Ja, ja. No inventes, es que por un momento, pensé que eran como las bacterias y se encontraban en todos lados, comenzaba a ponerme paranoico. Tal vez sea la mota. Estaba color café.
Ana Laura: Ja, ja. Estás muy dañado, ¿lo sabías? Eso de indagar y considerar el comerte una... ja, ja, ja. ¡Que asco! Pero está bien Raúl, dañado o no, igual te quiero. Pero si que te balconeaste con tus hemorroides, ¿eh?
Rulo: Te estás excediendo, ja, ja. No me balconeé de ninguna forma, además, creo que no tengo.
Ana Laura: ¡Ja!, si tienes como opción, el comerte una propia, pues... supongo que es porque las tienes ¿no?
Rulo: Pero no puedo afirmar tener una, de hecho no creo haber visto una en mi vida, no sé ni qué forma podría tener. ¿Es como una grotesca albóndiga colgando del culo?, o ¿como una cebollita de cambray?, ¿Cómo el culo de un mico, rojo y a punto de reventar como una hoya exprés repleta de frijoles?
Ana Laura: Primero, debería revisarte el culo y con tres fines. El primero: calar si eres o no, puto. Checa, si tu culo abre y cierra por reacción del esfínter al acercar tu dedo, significa que es carnívoro o le gusta tu dedo.
Rulo: ¡Já! prefiero vivir en la incertidumbre hasta la muerte, aunque ésta me llegue en la cárcel y mis últimos minutos de vida, descubra que si era puto, mientras me desangro del culo después de haber sido violado por el súper pollón de un Mara Salvatrucha.
Ana Laura: Ja, ja. De acuerdo, el punto número 2. Detectar protuberancias extrañas alrededor del culo y número 3: Saber si aún tienes el culo intacto o las hemorroides ya comenzaron a comérselo. Ja, ja, ja.
Rulo: Ok, cada que me limpio, siempre es igual, sin protuberancias (sin contar los pelos que me salieron en la pubertad). Además, nada de andar hablando peyorativamente de mi culo, ni como tema de conversación para tu propia diversión, ¿de acuerdo? El culo lo tengo bien, pero ya estuvo bien de hablar de Dieff y de mi culo. A ver, ¿tu culo como está? hace tiempo que ni lo he volteado a ver. Háblame de él, Bolillo puede esperar un poco más.
Ana Laura: ¡Ja!, esté bien, gracias y gracias por preguntar y respetarlo.
Rulo: Tanto así como respetarlo… en fin, ya debo irme. Llámame antes de abordar el avión, ¿quieres?
Ana Laura: ¡Ja, ja! Pongámoslo así: tengo el olfato muy sensible, no me gusta cocinar y tampoco, por ende, hacer banderillas.
Rulo: No entendí eso último, pero me marcho, además ya me tienes hasta la madre. Lo bueno es que sólo te veo una vez al año.
Ana Laura: Con cuidado, yo también te extraño.
Rulo: ¡Hey!, tú pagas la cuenta. Tal vez la próxima lo haga yo. Te quiero, Ana Lau… ¿lo ves?, si puedo decirlo.
Ana Laura: Suerte con las chicas.
Rulo: Suerte con el matrimonio. ¡Já!
Puse stop a la reportera. Abracé a mi vieja amiga y salí del bar del hotel a las 11 de la noche. Tomé un taxi y me fui a casa. Al día siguiente entregué la cinta a mi secretaria para que transcribiera la entrevista. Cuando regresó a su escritorio, le vi todo el trasero moviéndose como una aplanadora pequeña, sin poder apartar de mi mente: ¿tendrá hemorroides?